29 Horas

Lo que quería era mirarte diez segundos a los ojos, para sentir por primera vez cómo es el amor, para tocarlo, romperlo y luego vestirme de él. Respirarte dos veces más, una para quedarme con lo que me daba vida, y la otra para sentirme de nuevo viva. Quería alargar el día, vivir 29 horas más de tu lado, hacer silencio mientras tomaba tu mano y olvidar lo que vendría mañana. Café, risas, anécdotas, ya sabes, entrar en la máquina del tiempo -que muchos le llaman recuerdos- y regresar enteros. Melodías, viento y poesía, entrar en nuestras coincidencias y revivirlas, para que no olvidáramos qué nos unió. Lo que quería era abrazarte fuerte, anudarme a ti, dejar en tu alma razones para que no te fueras…hacerte entrar en razón, para ver si el amor regresaba, o si tú lo hacías.

Lia N.

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Ahora.

La vida es un suspiro,
o un viento,
o una quietud
o una tormenta.
Tiene el color que elijas,
y el sentido que le des.
Tiene los protagonistas que desees
y los sueños con los que quieras adornarla.
Es esa interminable lección, esa búsqueda contínua,
ese caminar incesante.
Cuando la muerte pasa sigilosa por donde estamos,
la vida nos sacude y ordena las prioridades
y nos acerca a lo importante.
Lo intangible, lo eterno.
Nos impulsa
a la urgencia del te quiero,
del beso, de la cercanía.
Para que otros sepan y tengan en su memoria un poco de nosotros,
para recordarle que son regalo, que viven en nuestros adentros.
La vida es una poesía,
una gran puerta,
un océano.
No espera, no se detiene por nadie.
Sólo sucede con la intensidad que quieras,
con la felicidad que busques,
con las lecciones que aprendiste.
Tiene lo que hayas dado,
lo que sembraste, bueno o malo.
Tiene las consecuencias de tus decisiones
y la libertad de tus perdones.
Por eso, no te tardes en vivir,
que la vida es lo que elijas,
lo que des,
hoy, ahora…

este momento.

Lia,N


Caos

Me gusta la complicidad de la risa.  Encontrar a alguien con quien enseñar los dientes, con quien te duela la barriga de miles de carcajadas es una fortuna. A mí me gusta verlo  estallar de la risa, esa manera mágica de convertirse en caos. No encontraba obra de arte más majestuosa que verlo apretar los ojos y buscar una bocanada de aire porque no aguantaba las ganas de carcajearse. Lo más que me gusta hacer con él, es eso. Buscar sonrisas en todo, encontrar la felicidad en las calles, o en el silencio… inclusive en anécdotas del pasado. Me gusta inventarme historias con él sólo para ver su sonrisa, me gusta cuando sin que lo note le noto en la comisura de los labios una curva que dice mi nombre y me enseña el camino.
Lia N

Ausencia.

Hay un ruido que no me deja escribir.
Un espacio.
Un eco.
Una ausencia que late entre mis dedos.

Yo no estoy.
No me reconozco.
Ni en unos ojos.
Ni en mis letras.
Debo andar por ahí.
En la garganta de alguien.
O en una esquina de sus dedos.
O en el susurro de un amor imposible.

Hay algo que no me deja regresar.
Quizás sea el pensamiento de alguien que no me quiere liberar.
O puede ser que aquella persona que alguna vez amé
se haya dado cuenta que sigo esperándola y por eso
me está llamando y por eso no permite que me vaya.

Hay algo que no me deja vestirme hoy de poesía.
Que me tiene andando desnuda
y con el alma expuesta.
Un olvido.
Una melancolía
Un sueño que alguien quiere hacer realidad, conmigo.
Lia. N

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