Monstruos en el armario.

Que no hay monstruos en el armario, lo tengo muy comprobado. Ni Papá Noel te vigila para ver todo lo malo que has hecho a lo largo del año o incluso sigues haciendo. Lo siento pero, ni siquiera existe. Sé que los malos son muy malos, y que a veces, hasta los más buenos no son tan buenos. Créeme, que he aprendido que los conciertos están para dejarse los pies, la espalda y la voz, igual que lo son las mejores noches de juerga con tus amigos. Que los besos a escondidas saben mejor y que los que son dados con amor, no se pueden explicar con palabras. Que un baño de agua fría a veces sienta tan bien como uno de agua caliente. Que el mundo está plagado de personas agradables, y a la vez, de personas que no merecen ni ser llamadas personas. Ahora sé que no hay calcetines para el pie izquierdo, ni para el pie derecho y que no hay mejor sensación que ponerse unos nuevos todos los días. Que los tacones a las cuatro de la mañana en una fiesta ya no están en los pies. Que las medias se rompen antes de salir de casa o en el proceso del mismo, y que el pintalabios rojo no se borra de las camisas blancas. Pero lo más importante es que de siete días que tiene la semana, yo te quiero ocho.


JuliaNeztel

@LiaNeztel

Ya no..

Ella solo duerme para no pensar , ya no lee, ya no escribe.
Un día más es un día menos para luchar , para soñar.
Ya no sueña , solo duerme , a veces tan fragil como un cristal.
Ella ya no habla , ya no hace nada igual. Solo vive porque puede respirar , no camina ,se deja arrastrar...
No grita ,no llora , ella es hueca....
Ya no lucha..ya no sueña.



JuliaNeztel
@LiaNeztel

Miedo.



En el fondo hay cosas que nunca llegarás a decir y nunca confesarás, por miedo. En realidad todos somos un poco cobardes cuando se trata de decir algo que nos importa demasiado.Que las cosas que importan de verdad siempre se dicen con una mirada, un gesto, una sonrisa. Hasta hay veces que sin tener lo que quieres, te da miedo perderlo. Pero no vale la pena forzar las cosas, todo ocurre cuando menos te lo esperas, como por arte de magia, para bien o para mal, te das cuenta de que nada depende de tí, que también depende de otros, eso hace que la vida sea tan curiosa. Que las cosas no tienen valor por sí solas, serán importantes en la medida que tú les des importancia.

Nostalgia.

En ocasiones, cuando el aire falta, cuando sentimos descomponer nuestros sueños, llegan a nuestras vidas recuerdos de instantes pasados, instantes que nos llenaron de luz, de sonrisas, pero que hoy tristemente nos afligen, nos dejamos invadir de pequeñas nostalgias y nos damos cuenta que en ocasiones dejamos pasar la vida por complicaciones o simplemente por orgullos, olvidamos que lo que nos hace valiosos es que somos diferentes, que lo que nos hace fuertes es que no somos perfectos, que la importancia de la vida no se basa en lo que dure si no en la intensidad con que la vivamos puesto que de esta no nos quedaran los cartones, ni los premios recibidos solo nos quedara lo aprendido, los sentimientos, los instantes que marcaron nuestra existencia, esos pequeños momentos que hicieron de nuestro mundo un sol gigantesco.


Momento presente

Es en el momento presente, en el que respiras cada soplo de aire del propio momento.
La energía del tiempo se concentra en un punto ante tus ojos.
Tus ojos lagrimosos. Puedes sentir el dolor físico de un corazón malherido.
Puedes sentir la falta de aire en tus pulmones por el  dolor sufrido. Puedes sentir como el tiempo se concentra ante tus ojos, y no puedes quedarte quieto.
Porque en este momento te prometes lo que te has prometido toda  una vida, luchar. Son ya mis diecinueve años de lucha sin cesar, cansada, en primera linea de guerra, contra viento y marea. Los pies hundidos en la tierra, los ojos ensangrentados en fuego. Vives con el enemigo.
Luchas en el mundo del enemigo mientras surcas tu camino. Cuántas personas quedaron en el vacío del mismo. Cuántas se unirán.

Ahora no puedes parar a pesar de estar enterrado vivo. Saldrás más fuerte que nunca, con más luz que nunca... con más ganas  que nunca. Que el camino se acaba cuando uno lo diga, y nadie  te hará terminarlo sin tú quererlo. Por ahora prometo seguir.  Por ahora espero conseguir. Por ahora todo está del revés, pero un día terminaré de ordenar y sin más seguiré.

Cada día...



¿Sabes? Me encanta vivir contigo. Y que me cuides. Y cuidarte yo a ti. Hacer la cena y deshacer la cama. Leer uno al lado del otro. Querernos. Me encantaría entrar por la puerta y ver ahí, en el comedor, con miles de besos esperándome. Con esa sensación de no querer hacer nada más que estar junto a ti. ¿Me abrazas? Dejamos pasar el tiempo. Te miro. Estoy enamorada de ti. Me haces pasar frio y calor. Y sentir placer y querer más. Y desearte. Y olvidar todo lo demás. Te quiero. ¿Me quieres? Más que nunca. Esto es amor, nuestro amor. Sueño. Contigo. Te amo. Soy tuya, para siempre. Ese siempre que los dos creamos día a día. No me dejes nunca, te pido con los ojos. Y tú que tanto me demuestras, nunca me dejas. Porque esto es amor y me haces sentirlo cada día, con cada palabra, con cada beso…

Donde caben dos

Clausúlame en el contrato de tu vida, 
mátame el tiempo a tu lado, 
descríbeme el atardecer más bonito, 
cántame cualquier calle de la mano, 
mudémonos a la ciudad de una cama.
 Recuérdame de memoria,
 como si te conocieses todas mis esquinas, 
que no te haga falta luz para caminarme.


Lia Neztel.

en cada paso...

Ahora que me envuelve la noche, ahora que siento el frío en mi piel, que la sala se ha quedado sola, ahora que estoy sentada en este sillón tan vacío sin ti, me doy cuenta de lo mucho que me haces falta. Tengo el corazón dividido en dos. Un trocito siempre se queda conmigo. Es ese trocito que te echa en falta, que te recuerda en cada caminar, que añora tus miradas, tu risa, tu pelo, tus besos. El otro trocito siempre se va contigo, para que sepas que estoy a tu lado, cada mañana cuando te levantes, cada vez que pienses en mí, para que te llegue mi risa cada vez que pienses que no puedes más. Llegaste a mi vida justo en el momento que pensaba que el mundo se me derrumbaba. Allí estabas tú sujetándome a mí y a todo mi mundo, por muy imperfecto que fuera, por muchos problemas que tuviera. Llegaste y me hiciste sonreír de una manera que nunca nadie lo había hecho, y en ese momento reviví. Has creído en mí, me has secado lágrimas, has reído conmigo, has hecho de mí un ser mejor.  No sabes el bien que me haces, no sabes lo que significa para mí tenerte a mi lado, que seas mi compañero de viaje rumbo a un destino que no sabemos dónde nos llevará. Pero no me importa, porque si es contigo me da igual dónde nos lleve. Como dice la canción “ yo no te dejo marchar, porque sin ti me muero de frío” Eres y serás aquella luz al final del túnel. Todo por lo que sonrío.  Gracias por estar en cada paso que doy.